miércoles, 27 de febrero de 2013

TULIPS

Lo bueno de la educación es que a medida que pasa el tiempo visitas lugares, conoces gente, observas… te das cuenta que te vas formando y que en la vida está todo tan relacionado que es una alegría poder entender lo que un día no llegaste a comprender del todo.
¿Qué por qué os digo esto?
Casualmente, a finales del año pasado tuve la suerte de pasar unos días en Bilbao y dejando la ciudad a un lado, preciosa por otra parte, pude visitar el museo del Guggenheim y conocer las obras que en ese momento se exponían. Quedé impresionada con la arquitectura del propio edificio y con las esculturas de acero de Richard Serra pero hubo dos composiciones que en aquel momento llamaron mi atención y que hoy, tras iniciarme en un proyecto para la misma asignatura de este blog, he decidido investigar un poco más sobre ellas.
El proyecto en el que otros cuatro compañeros y yo nos hemos adentrado tiene como título: “La escultura del siglo XX en la Educación Primaria”. Desde que elegimos el tema pensé en este museo y hoy decidí conocer algún aspecto más de aquellas esculturas que hace ya cuatro meses pude ver.
Sin darme cuenta de ello en la visita, ambas esculturas son del mismo artista: Jeff Koons, artista de mediados de los años 80 y que continúa con el legado de las piezas de Marcel Duchamp integrando el minimalismo y el arte pop.



 Nada más llegar al museo te encuentras con esta increíble escultura. Se trata de Puppy, un west highland terrier que hace guardia a las puertas del museo. Con esta escultura, Koons integra lo pasado y lo presente ya que emplea tecnología novedosa para mantener las flores que cubren la enorme escultura de acero pero, a su vez, representa un jardín clásico europeo del siglo XVIII.
He de añadir que no tuve suerte con la época del año ya que quienes me acompañaron en la visita, residentes allí, me advirtieron que está mucho más bonita y colorida en otras épocas del año cuando se pueden apreciar los colores de las flores pero, aún así, resulta impactante.


Esta fue la otra escultura que llamó mi atención y me acuerdo que fue por el hermoso colorido que tiene. Como ya expliqué en la introducción al blog… Entre el blanco y el negro… ¡Me encantan los colores! ¡Es tan optimista la composición!
Pues bien, esta otra escultura pertenece a una obra de Koons titulada: “Celebration” y en ella expone objetos populares y propios de fiestas de cumpleaños, vacaciones u otros acontecimientos festivos, todos ellos relacionados con la infancia. Este ramo de tulipanes lo concibe como si fueran globos de colores, ¿no os parece increíble?
Si habéis llegado hasta aquí os recomiendo que continuéis porque no era mi intención contaros las obras que yo tuve la suerte de ver en persona sino expresaros la idea de que es bueno formarse en temas que no conoces, nuevos para ti, ya que puedes descubrir que te gustaban pero no habías tenido la oportunidad o la iniciativa de parar a pensarlo. A mí me gustaron estas esculturas pero no me informé sobre ellas, las dejé a un lado al salir del museo. Sin embargo, ha sido un proyecto de la facultad lo que ha hecho que volviera a ellas y a descubrir y aprender aspectos nuevos.
¡No dejéis de aprender!

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