“Dígame y olvido, muéstreme y recuerdo. Involúcreme y comprendo”. Proverbio chino.
¿Por qué se falsea la realidad en las aulas de nuestro sistema educativo? ¿Creéis que la vida y nuestras acciones diarias se compartimentan al igual que se hace en la escuela o creéis que nos movemos en el mundo de una forma interdisciplinar? ¿No pensáis, como yo, que si son a los niños a los que se les obliga a ir a la escuela deberíamos tener en cuenta sus intereses?
Con este proverbio chino y con una reflexión propia introduzco el tema del “Aprendizaje por proyectos”.
Lo primero que tenemos que saber es que el aprendizaje por proyectos intenta que se forme un grupo entre los alumnos y el docente para planear y llevar a cabo proyectos educativos divertidos y motivadores para los niños y que se traten aplicaciones reales que se puedan llevar más allá de las aulas sin obviar los currículos establecidos.
Pero, ¿por qué en la actualidad es tan importante un método de aprendizaje por proyectos? Tenemos que tener en cuenta que no todos somos iguales y que ahora más que nunca existe una gran diversidad en las aulas. No todos los alumnos tienen los mismos intereses e inquietudes pero lo que nos dicen los estudios es que, por regla general, a todos los alumnos les gusta participar y cooperar en aspectos que realmente les motive a ellos. ¿Por qué no hacerlo? Como futuros maestros tenemos que ser capaces de hacer partícipes a los alumnos en las clases y de esta forma todos tendremos éxito.
Aunque no exista el método perfecto para abordar las clases en un aula, este método de proyectos que estoy describiendo trabaja aspectos que van a ser muy beneficiosos para los niños. Los más destacables son: la colaboración, la toma de decisiones, el manejo del tiempo, la resolución de problemas, la mayor participación, el positivismo en las aulas, la interdisciplinariedad, la conexión con el mundo real y tecnológico y, sobre todo, el respeto. Todos los proyectos tienen una serie de elementos comunes que hacen que se cumplan estos aspectos citados anteriormente. Además, partiendo de la base de que tampoco existe el proyecto perfecto ni hay una única forma correcta de hacerlo, siempre debe haber un acuerdo común entre docente y estudiantes para plantear los objetivos y así, de esta forma, los alumnos serán fieles al seguimiento completo del proyecto.
Algunos objetivos que autores como Herman, Aschbacher y Winters plantean se basan en las respuestas a estas preguntas: ¿Qué habilidades cognitivas, afectivas, sociales y metacognitivas deben desarrollar los alumnos? ¿Qué problemas sí o no deben resolver? ¿Qué conceptos deben aplicar al proyecto? Pero aparte de esto, se debe tener en cuenta el acceso a los recursos que pueden necesitar los alumnos, los apoyos para utilizar dichos recursos, las personas implicadas en el proyecto que pueden facilitar apoyos y si se tienen claras las distinciones de roles y responsabilidades.
Por todo ello creo que no tenemos que intentar enseñar de una forma surrealista alejada de la realidad. Bastaría con fijarnos en nuestro alrededor, ver cómo funcionamos los seres humanos y dejar que sean los intereses de los niños y no los nuestros los que predominen en las aulas.
Solo comentar a esta entrada que no ni yo mismo podría haberla escrito mejor que determinados sistemas educativos como es el Finlandés utilizan estas técnicas para enfocar al alumnado a sus intereses. Este sistema como todos sabemos es el más eficaz que existe en el mundo occidental y que si queremos copiar en España algo de Europa que sea este aprendizaje.
ResponderEliminarCon eso se refleja que no es imposible llevarlo a cabo y que efectivamente, tenemos mucho que aprender de otros países. Que no nos dé miedo.
ResponderEliminarEntrada muy trabajada y que queda muy claro el método de aprendizaje por proyecto, del cual soy defensora. ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarMuchas gracias, esa era mi intención, que quedase claro lo que es este método de aprendizaje y conocer otras vías de enseñanza
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